
Speaking to the
New York Times in 2007, Alfred Brendel said of
fellow pianist Till Fellner: “It has impressed me how ambitiously he has
developed his repertory, being equally at home in solo and concerto
repertoire, chamber music and lieder… I heard him do the best live
performance of Liszt’s
Années de pèlerinage”. Fellner’s insightful playing of the
Premiere année
from that collection of suites, underlines the contention, vividly
conveying Franz Liszt’s literal and imaginative journeys. “Having
recently travelled to many new countries,” wrote the composer in 1855,
“through different settings and places consecrated by history and
poetry, and having felt that the phenomena of nature and their attendant
sights stirred deep emotions in my soul, I have tried to portray in
music a few of my strongest sensations and most lively impressions”.
Fellner’s account of Liszt was recorded at the Musikvereien in Vienna
in 2002. It is paired here with a concert recording of
Beethoven’s Sonata No 32, recorded at the Mahaney Center for the Arts in Middlebury,
Vermont in 2010, the year in which ECM released Fellner’s
interpretation of Beethoven’s Piano Concertos Nos 4 and 5 to a chorus of
critical acclaim.
Hace tiempo escuché el Quinteto en fa menor opus 34 de Brahms con Till Fellner y el Cuarteto Belcea, una de esas obras supremas a la cual pocos artistas han dado la adecuada lectura y profundidad. Durante años la versión del Cuarteto Amadeus en Deutsche Grammophon fue, para mí, la indiscutible versión de referencia. Habiendo oído muchas otras versiones (debo tener cerca de una docena), todas me parecían insatisfactorias por muchas razones: músicos que no entendían la hondura y poder de la obra, grabaciones descuidadas o con un sonido opaco, versiones la mayoría superficiales y escasamente atractivas, carentes de compromiso y de inteligencia. Así que cuando me topé con la de Fellner pensé que me toparía con otra decepción más. No fue así. Todo en el álbum de Alpha es un verdadero milagro. La toma de sonido es espectacular, y la calidad de los instrumentos brilla en toda su gloria y majestuosidad. Los tempos son perfectos, la dinámica y entendimiento entre los músicos es avasalladora, y su comprensión de la música de Brahms es simplemente suprema. La madurez interpretativa del Cuarteto Belcea en los cuartetos y de Till Fellner en el Quinteto es descomunal. Para mi sorpresa, se volvió mi versión de referencia, seguida de cerca por la mejestuosa del Cuarteto Amadeus. Toparse con Fellner tocando los conciertos para piano de Beethoven es algo digno de escucharse, aunque el ciclo de sus nueve sinfonías con Kent Nagano me pareció realmente rutinario, sin imaginación y sin mayor brillo (una versión más, como tantas otras), sin aportar absolutamente nada, espero que a estos conciertos para piano les vaya mejor. Ya te comentaré mi opinión. Por lo pronto, espero con ansias que Fellner nos entregue sus 32 sonatas para piano, y asumo que serán aún más espectaculares que la ya espectacular versión de Paul Lewis en Harmonia Mundi de hace unos pocos años, altamente recomendable.
ResponderEliminar¡Gracias por compartir!